Las consultas por video se están volviendo más comunes en la práctica general australiana, y la telefonía sigue siendo el medio de telesalud dominante. A medida que más pacientes y médicos se sientan cómodos usando las plataformas de consulta por video y se den cuenta de las ventajas de las citas presenciales a distancia, se espera que aumente el uso.
La videoconsulta facilita las citas integrales con el médico de cabecera, lo que garantiza que la prestación remota de atención médica siga siendo una atención médica de alta calidad en las circunstancias apropiadas.
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videollamada de healthdirect ofrece una gama de ventajas prácticas para pacientes, médicos y clínicas:
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Estudio de caso: Dr. Andrew Baird, médico general
El Dr. Andrew Baird es un médico general con sede en Victoria, con más de 30 años de experiencia en medicina general, medicina rural y educación médica. El Dr. Baird es un firme defensor del uso de la consulta por video en la práctica general.
“El video es un nuevo paradigma y los médicos de cabecera aún no saben a dónde pertenece, ya que es una alternativa a las consultas presenciales. El video en realidad presenta oportunidades para la interacción médico de cabecera-paciente que no sería posible en persona o por teléfono”.
“La videoconsulta es fácil, especialmente si los médicos utilizan una de las plataformas que se ha diseñado específicamente para su uso en la práctica clínica y es segura, como Healthdirect Video Call”, dice el Dr. Baird.
La videoconsultoría apoya el acceso a la atención
La videoconsultoría ayuda a muchos grupos desfavorecidos a acceder a la atención médica, incluidas personas con problemas de salud mental, personas con problemas de movilidad, personas que carecen de transporte y personas que experimentan dificultades financieras o emocionales.
“La consultoría por video puede mejorar la equidad de acceso a la práctica general para muchas personas”, dice el Dr. Baird.
La videollamada de healthdirect ofrece una opción para usar subtítulos para las personas con discapacidad auditiva o para la transcripción, y se pueden incluir intérpretes en las videollamadas.
El Dr. Baird cree que es más probable que los pacientes acudan a una cita cuando es por video debido a la comodidad, la accesibilidad y la reducción de los costos de transporte. Algunos pacientes pueden sentirse más cómodos asistiendo a su cita desde casa, en lugar de en una clínica de médico de cabecera.
“Todos los australianos deberían poder acceder a un médico de cabecera por video. Realmente depende de los médicos generales adoptar la tecnología y ponerla a disposición de sus pacientes”, afirma el Dr. Baird.
Citas integrales presenciales
Las videoconsultas son lo más parecido a tener un paciente en la sala de consulta. Si bien no permiten un examen físico directo, permiten que el médico de cabecera observe e interactúe con el paciente de maneras que no son posibles por teléfono, lo que facilita una consulta integral en una variedad de situaciones. También se facilita el examen asistido por el paciente, utilizando equipos o movimientos físicos.
“La videoconsulta permite un examen indirecto que a menudo puede lograr los objetivos del examen directo en persona”, dice el Dr. Baird.
La videoconsultoría permite establecer una buena relación con los pacientes, al igual que con las consultas en persona. El médico de cabecera y el paciente pueden observar y responder a los gestos, expresiones faciales y señales no verbales del otro.
"Una vez que te han presentado al perro de un paciente durante una videoconsulta, la relación se convierte en el estándar de oro plus", dice el Dr. Baird.
Control de infecciones incorporado
La videoconsulta elimina el riesgo de transmisión de infecciones para todos los involucrados cuando un paciente asiste a una consulta en persona: el médico de cabecera, el paciente, el personal de la clínica, otros pacientes asistentes y las personas que se encontrarían mientras el paciente viaja hacia y desde su cita.
“Eliminar el riesgo de infección es una consideración crítica cuando se trata a pacientes vulnerables”, dice el Dr. Baird.
Para los pacientes con o que se sospecha que tienen COVID-19, la videoconsulta elimina el riesgo de infección al permitir la evaluación, la gestión y el control remotos.
La videollamada de healthdirect imita el proceso de citas en persona
La videollamada de healthdirect es fácil de configurar y el flujo de pacientes se alinea con el proceso de citas en persona. Usando un dispositivo conectado a Internet, los pacientes hacen clic en un enlace único para ingresar a un área de espera virtual. Para comenzar la cita, el médico de cabecera simplemente se une a la videollamada; esto activa un espacio de consulta seguro.
Durante la videollamada, el médico de cabecera y el paciente pueden compartir e intercambiar documentos, solicitudes de investigación, información e imágenes del paciente. La videollamada de healthdirect tiene funciones de pizarra y chat web para compartir diagramas y notas; estas herramientas ayudan a comunicar información de salud al paciente.
Las recetas se pueden entregar electrónicamente al paciente, agilizando el proceso de prescripción. Las derivaciones a especialistas se pueden enviar mediante una variedad de programas clínicos seguros.
Cuando se completa la cita, el paciente o el médico de cabecera pueden finalizar la videollamada, o el médico de cabecera puede conectar al paciente con la recepción para pagos, verificar detalles personales y programar citas futuras. No se conserva ningún registro de la videollamada ni de los datos del paciente después de la cita; la videollamada de healthdirect es una plataforma segura y privada y todas las llamadas están completamente encriptadas.
“Las consultas por video son seguras, aceptables para los pacientes y aceptables para los médicos. Sus resultados son equivalentes a los resultados de una consulta en persona”, dice el Dr. Baird.
Idoneidad de las videoconsultas
No toda la atención brindada por los médicos de cabecera puede o debe brindarse a través de video. Las emergencias, la necesidad de un examen físico directo, la necesidad de un procedimiento, la falta de consentimiento del paciente o una conexión audiovisual insatisfactoria son situaciones en las que la videoconsulta está contraindicada.
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